domingo, 18 de julio de 2010

Discografía



Vamos a realizar un pequeño análisis de los discos publicados por La buena vida, con una gran ayuda de Youtube, que nos dará la mayor parte de las canciones del grupo y de una página web llamada: http://lafonoteca.net/ ; que de mano de sus distintos artículos publicados por C.F. Esteban nos hacercaremos al estilo y a la historia de cada disco...

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La Buena Vida



En noviembre del 93 y de la mano de Siesta, era editado el primer larga duración de La Buena Vida. Grabado nuevamente en los estudios De Lucas, los medios con los que se contaron no distaban demasiado de los empleados para su debut. A pesar de ello es fácil apreciar cierto desarrollo incluso en el ámbito de lo vocal.

Engrosando la larga lista de grupos que se estrenan con un disco homónimo, “La Buena Vida” (Siesta, 1993) presentaba trece temas, nada nuevos para los que por aquel entonces ya eran seguidores acérrimos de los directos del grupo. Una vez más portada de Aramburu, quien ese mismo año editaba el primer y único disco de Family, “Un Soplo en el Corazón” (Elefant, 1993). El grupo contaría con otra colaboración de lujo: Ibon Errázkin, guitarrista de Le Mans, que ese año publicaban también su primer trabajo, “Le Mans” (Elefant, 1993).

Las expectativas creadas por el anterior EP sumadas a la confianza depositada en ellos por parte de público y medios hicieron del LP un álbum ciertamente esperado. Tras nueve meses, éste vería la luz.

El nuevo disco supone una clara continuación del camino seguido en su anterior entrega. Ritmos ágiles, voces alegres y candidez extrema. Con todo eso, la mejora experimentada es más que notable, como también lo es el claro dominio que la formación ya poseía por aquel entonces de los instrumentos, pero de nuevo ensombrecido por la pobreza de unas letras golosas que parecen querer decir mucho y quedarse en nada. En lo referente a lo vocal es de agradecer la mínima mejora experimentada por Irantzu, y lo es más la introducción de una nueva voz, Mikel.

“La historia del señor Sömmer”, inspirada en el relato de Patrick Süskind, es la encargada de abrir el disco. Con una voz no bonita, pero sí correcta, la canción crece con su parte instrumental. Pegadiza y resuelta, el uso demasiado extenso de “paparapás” enturbia el resultado, pero las melodías cruzadas de Ibon, Borja y Mikel a modo de arreglos logran recuperarla.

“Como en cualquier lugar” salpica de un toque diferente lo escuchado hasta ahora. Voz masculina, sugerente y acertada para un tema destacable en todos los elementos.

Cuando ya nos habíamos olvidado de la voz femenina, ésta vuelve con más fuerza. “La pandilla”, un tema que hubiera brillado si se le hubiera despojado de todo lo superfluo (letra), ve empañados sus maravillosos sonidos cariocas por una voz que nada combina y una historia que menos cuenta.

Y es que si se hubiera liberado del peso de las palabras o quizá de ciertos tonos cantados, muchos de los temas hubieran alcanzado mayor esplendor. Y “Desde el desván” es uno de ellos. Iranztu canta mal. El tono le supera, pero la canción es destacable: el cambio de ritmo, la ayuda brindada por la voz de Mikel, todo un pilar. Linda, atractiva, cada vez más cerca de La Buena Vida, camino que se acorta con “Antesdeayer” que adelantan lo que terminaría siendo el grupo. Arreglos, mucha suavidad y tranquilidad. Susurros y madurez aniñada. Palabras infantiles y fotogénicas encadenadas en historias comunes.

Encasillados dentro de lo que fue conocido como Sonido Donosti, el tema “El mundo es un pañuelo” reúne muchas de las características que se les asociaron, siendo imposible no mencionar otro grupo que por aquel entonces hacía historia, Family.

El álbum va tomando cuerpo y presencia. Tras el traspiés que supone “Bar-comedor” y quizá “En tu país” sigue la estela “En bicicleta”, tema que más tarde sería retomado y versionado por el propio grupo, y que sin lugar a dudas es el éxito del disco. Con reminiscencias a Decima Víctima y, de nuevo, a Family, la canción más avanzada del grupo, es perfecta desde el bajo a las guitarras, (una de ellas de Ibon), “desde el cambio en menor hasta la parte final”. Sonido Donosti en estado más que puro y con nota, que hace presagiar lo que el grupo tenía aún por dar.

12 pistas

1 La historia del señor Sömmer
2 Como en cualquier lugar
3 La pandilla
4 Por la mañana
5 Desde el desván
6 Antesdeayer
7 El mundo es un pañuelo
8 En tu país
9 Comedor
10 En bicicleta
11 Secretos
12 El final

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La Buena Vida II



El segundo disco de La Buena Vida tenía pocas sorpresas que ofrecer. Manteniéndose en la línea de lo ya editado, los doce temas que lo componen apenas se separan del camino iniciado. Pero aquellos que logran esa desmarcación permiten entrever un lirismo conmovedor que en adelante el grupo continuaría perfeccionando.

Así, “Noviembre”, la estupenda “Montevideo”, “Cada día y cada día más” o incluso “Un vestido de tul” abren un abanico de nuevos sonidos, donde la incorporación de arreglos orquestales produce en el ánimo un sentimiento sutil e intenso de la candidez y la poesía tan buscadas, y hasta ahora sin demasiado acierto, por el grupo.

Envueltos en estos ritmos de mayor trascendencia, con menor luminosidad pero más emocionales y puros, uno es capaz de olvidar el disco en su conjunto. Y el acierto de concluir éste con “Noviembre” hace que el sabor de boca que nos dure sea el de esa tristeza alegre que tanto emociona. Pero seamos sinceros, “La Buena Vida” (Siesta, 1994) también incluye títulos prescindibles. Muestra de esto es por ejemplo “Detectives”, en la que a pesar de ese dominio del órgano respecto al resto de instrumentos, no logra pasar de ser una historia totalmente absurda donde buscando esa poética se cae en la cursilería y el sinsentido, algo que también sucede con “Los días veloces”.

Entre un extremo y otro, los seis temas restantes fluyen entre el éxito y el fracaso, más cerca de lo primero gracias como siempre a melodías excelentes, letras algo más cuidadas y una vez más, la voz de Mikel, que es utilizada con acierto como pilar para acompañar a una Irantzu que, aún sin encontrarse, muestra un claro progreso.

El segundo disco homónimo del grupo supuso un salto en la carrera de La Buena Vida. Un disco más reposado y compacto, que comenzaba a marcar las primeras pistas en referencia a lo que el grupo querría ofrecer con sus futuros trabajos.

12 pistas

1 Los mejores momentos
2 En hora buena
3 Después de tanto tiempo
4 Por primera vez
5 Detectives
6 Montevideo
7 Cinco días en invierno
8 A cielo abierto
9 Cad días y cada días más
10 Los días veloces
11 Un vestido de tul
12 Noviembre

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Soidemersol



Buenas cosas bien dispuestas, eso es lo que es este disco. Y es que ya se intuía. Tras el desarrollo puesto de manifiesto en “Magnesia” (Siesta, 1995), nada menos se podía esperar de la nueva entrega de La Buena Vida. Un disco redondo y perfecto que les catapultaría hasta el éxito y a un puesto asegurado en las listas de imprescindibles.

Cuando el grupo concebía el nuevo trabajo, Siesta no veía otra salida que contactar con una multinacional para poder llevar al plano de lo factible algo que para ellos no podía pasar de ser un bonito sueño. Es así como tras una serie de conversaciones la unión se produce con PolyGram (Mercury), gigante que se encargaría de todo lo relativo a la distribución del LP.

Los tenues arreglos introducidos en el anterior disco hacían impensable un siguiente paso como lo imaginado y conseguido para “Soidermesol” (Siesta, 1997). Una ampliación de esos arreglos a dimensiones colosales en belleza y número, que primeramente, ante la ausencia de productor, el grupo comienza a desarrollar por sí mismo.

Una vez que el disco cuenta ya con la ayuda de Louis de Philippe, una de las principales figuras del sello él , La Buena Vida se traslada a Londres donde junto a músicos de renombre seleccionados por Philippe, grabar la sección de cuerda y metal en el estudio Matriz Maison Rouge.

Con el comienzo de 1997 llega el momento del lanzamiento. Bajo el nombre de “Soidemersol”, en honor a un restaurante de mismo nombre que por aquel entonces frecuentaban en el barrio de Lavapiés de Madrid, el disco presenta “Pacífico” y “Desde hoy en adelante” como avanzadilla, en una puesta en escena algo descuidada por parte de PolyGram.

Un disco de una delicadeza y una hermosura enternecedora y arrebatadora, donde cada uno de los títulos que lo componen da forma a ese puzzle perfecto en el que todo encaja y nada sobra. Sobran las palabras, eso sí, para referirnos a todo lo concerniente a lo musical. Cada uno de los instrumentos y cada una de las notas interpretadas quedan ensamblados sin chirriar. Jugando con lo azucarado y lo delicado, se mantienen en el equilibrio exacto donde el sentimentalismo sugerido y conseguido hace al conjunto poseedor de una finura y una magnificencia envidiable y llamativa.

Y parte de la culpa de esto recae también sobre Iranztu, quien encontrando un tono que le encaja a la perfección, suena mejor que nunca. Dulce y susurrante, su voz no necesita ya de pilares en los que sustentarse ni de coros que la escondan, incluso sin apenas música logra salir exitosa, al igual que las historias contadas, dispuestas ya de mayor cuerpo y presencia. Siguiendo en la línea de lo cándido y lo idílico, las letras ya no son meros collages de frases resultonas incapaces de dibujar paisaje alguno.

Inocente, pero sensato y reflexivo, “Soidemersol” es al mismo tiempo punto final e inicial de La Buena Vida, que siempre atraídos, desde una perspectiva bucólica, por el lado más aniñado de las cosas, logran, casi por vez primera, alcanzar ese punto poético tan ansiado.

12 pistas

1 Buenas cosas mal dispuestas
2 Pacífico
3 Verano
4 Respirando en el mundo
5 Matinée
6 A mitad de camino
7 Desde hoy en adelante
8 Caruso
9 En voz baja
10 ¡Adiós muchachos!
11 Caminito del cielo
12 bonus track

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Panorama




El cuarto trabajo de La Buena Vida, convertidos ya en grupo de culto tras “Soidemersol” (Siesta, 1997), no hizo más que asentar la sobresaliente posición de la que empezaba a gozar el grupo, incluso fuera ya de nuestras fronteras, como quedó patente con la reedición extendida del álbum en Corea.

Con una exitosa gira de presentación por todo el país que concluyó con la incorporación definitiva de José Luís Lazagorta a los teclados, “Panorama”(Siesta, 1999) continuaba por un lado la fórmula exitosa del anterior disco (arreglos instrumentales conformando deliciosas composiciones), pero de una manera un tanto circular y quizá menos exitosa, (que no peor) por lo previsible, mientras que por otro se llevaba a cabo una ruptura con lo hasta ahora editado, dejando por una vez de lado a las guitarras frente al teclado y los sintetizadores.

Con un recuerdo difuminado a los inicios de un Sr. Chinarro apesadumbrado, el disco se abre con “Melodrama”. El tema, con un cierto sabor a banda sonora, supone un buen modelo del álbum en su conjunto: un abandono total de la candidez y la inocencia.

“Panorama” sitúa a La Buena Vida en otro plano. Dejando de lado sus inicios, el grupo al completo se ha terminado de encontrar. Ya definidos, continúan caracterizándose por lo naif pero con hiel donde antes hubo azúcar.

Un disco esférico, espiral, que gira sobre sí mismo en torno a una sensación, un sonido que parece repetirse a lo largo de todo él. Es el amargor del arroz y sus (12 + 1) canciones. Con reminiscencias a lo Le Mans, coetáneos en casi todos los sentidos. Más nocturno y urbano, propio de café moderno, “Panorama” es al mismo tiempo “Soidemersol” y al mismo tiempo algo ya muy distintito.

Muchos son los temas que merecen ser destacados, pero entre ellos “El largo adiós”, una de esas composiciones que fácilmente pueden transformarse en himnos o canciones de calendario. Tomando su nombre de un bar de Valladolid frecuentado por el grupo, la canción goza de un carácter grandilocuente, como la mayoría del disco, donde la voz de Mikel, también distinta y evolucionada, nos transporta al mismísimo interior del corazón.

Por primera vez La Buena Vida incluye tres temas instrumentales: “Odessa”, viaje épico, y “Aquella noche de sábado” y “Métronome” perfecto acompañamiento para una película de humo y champagne a lo Isaac Hayes.

Pero el disco continúa reinventándose a sí mismo. La introducción de sonidos electrónicos es más que evidente y sirven de base perfecta para arreglos y voces, que susurran más que cantan, dotando a los temas de un aura hipnótica y barbitúrica con la que dejarse llevar, como “Aquella noche de sábado” o “Guillermine”.

Y como despedida y regalo, un bonus track, que, a pesar de su brevedad, encandila y enamora como el resto de canciones. Esta va surgiendo en la lejanía, aproximándose para después perderse, como un tren que se ve pasar y que deja tras él una estela de almibarada melancolía.

13 pistas

1 Melodrama
2 Arroz amargo
3 Tormenta en la mañana de la vida
4 El largo adiós
5 Odessa
6 Despedida
7 Surquemos el cielo entero
8 Bodas de plata
9 Aquella noche de sábado
10 Guillermine
11 Mi punto de vista
12 Metrónome
13 Bonus track

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Hallelujah!



La sombra de "Soidemersol" (Siesta, 1997) planea sobre cada nuevo trabajo de La Buena Vida, a veces ocultando parte de su fulgor. Y es que tras éste, parece que ya lo tenemos todo escuchado del grupo y que los arreglos y las dulces palabras de nuevo pronunciadas ya las hubiéramos oído antes. Nos da la impresión de que nos encontramos ante buenas canciones que no terminan de proporcionar el destello cegador que deberían, tal vez lo hagan pero los ojos ya están muy acostumbrados al brillo. Y es que cuando siempre se hace bien, lo notable se vuelve pasable.

Cuando comienza “Hallelujah” (Siesta, 2001) con esa guitarra y las voces a dúo de Mikel e Iiranztu la sensación de continuidad encasillada en el vicio de lo dulce vuelve a golpearnos, pero permaneciendo atentos y dejando respirar al álbum vamos percibiendo rasgos diferenciadores y de carácter propio.

En primer lugar, dejan de lado los sintetizadores y órganos que protagonizaron el anterior trabajo, “Panorama” (Siesta, 1999), retomando la fuerza de las cuerdas, con guitarras y bajo, escondidas entre los magníficos arreglos de viento y el soberbio piano que en canciones como “Después de todo”, hacen de lo desnudo el abrigo perfecto.

Con una de las portadas más hermosas de La Buena Vida, de esas que nacen para disfrutarse en formato vinilo, obra una vez más de Javier Aramburu, “Hallelujah” contiene once preciosos temas, algunos de ellos de los más brillantes de la banda y que pasarían a convertirse en todo un himno, como es el caso de “Qué nos va a pasar”, sin lugar a dudas redonda en todo su ser.

La grabación de la orquestación se llevo a cabo entre el 19 y el 21 de enero del 2001 en Praga. Contando para ello con casi una treintena de músicos, el resultado no podía ser otro: un paisaje musical donde la emotividad eriza la piel al primer golpe de instrumento, en un disco taciturno que juguetea con la oscuridad luminosa de los días nublados, dejando entre ese plomizo horizonte perlas como “Vapor de carga” o la planetera "Vini, vidi, vinci”.

En definitiva un trabajo destacable que continúa confirmando a La Buena Vida como uno de los grupos maestros en eso de las pequeñas grandes historias.

11 pistas

1 Los vientos
2 Vapor de carga
3 Mi voluntad
4 Desenfocada
5 Trigo limpio
6 80 cosas (al final del camino)
7 Qué nos va a pasar
8 Después de todos
9 Ventura
10 Sólo tienes lo que das
11 Vini, vidi, vinci

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Álbum



Casualidad o no, La Buena Vida no podía haber escogido un single mejor para presentar el que fuera su primer trabajo con su nuevo sello discográfico Sinnamon. Y es que “Álbum” (Siesta, 2003) es ante todo un sonido planetero que invoca, sin poder impedirlo, a J y los suyos.

Desde “Los planetas”, según dice el grupo, no pensada en un principio para que se cantara a dúo con el granadino, hasta “Lo que dicte el corazón”, pasando por “hhmmss”, ya no sólo un sonido parecido a Los Planetas, sino un calco de sus características letras, batería y guitarras, imposible de esconder por muchos arreglos o coros que la acompañen o por mucho que se intente frenar el brío que pide el tema.

En términos generales “Álbum” es un giro más en el camino de La Buena Vida. Un abandono del lirismo musical en pos de las guitarras. Algo que parece haberles funcionado, ya que su sencillo, “Los planetas”, fue durante semanas número uno en las listas españolas de singles, y el disco, el más vendido del grupo.

Mezclando la espontaneidad de los inicios con el conocimiento adquirido en estos más de diez años, su sexto trabajo continúa con esos sonidos entre lo moderno y lo clásico creados tras “Soidemersol” (Siesta, 1997) adaptándolos al guitarreo que les viera nacer.

Y entre tanta cuerda, de repente, “En un tiempo feliz”, presidida por un piano solemne y elegante, recubre de estas dos características a un tema que es, a mi parecer, de los imprescindibles del disco. Un dúo propio de musical que transporta a fiestas de boa de plumas y cócteles en blanco y negro.

Pero "Álbum" es mucho más que Los Planetas y unos cuantos arreglos orquestales, es también, Décima Víctima, Family, Buckley, Van Morrison, Moustaki o incluso un Mikel a lo Fernando Alfaro. Un cambio de línea hacia su lado más pop, aún aderezado por los sonidos de batuta tan característicos del grupo.

11 pistas

1 Aun te puedo ver
2 Lo que dicte el corazón
3 Un actor mejicano
4 Segundas partes
5 hhmmss
6 No lo esperaba de mi
7 Nada debería fallar
8 En un tiempo feliz
9 Rumbo
10 Deja las tiendas desiertas
11 Los planetas

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Vidania



Convertidos ya, tras casi veinte años de carrera, en un grupo de culto por títulos como “Soidemersol” (Siesta, 1997) o “Hallelujah!” (Siesta, 2001), La Buena Vida edita su séptimo trabajo de estudio, “Vidania” (Sinnamon, 2006), donde por primera vez se utiliza el piano como hilo conductor de las historias en él narradas.

Confiriéndole un protagonismo poco acertado a este instrumento, pues se torna empalagoso y poco apropiado en la mayoría de los casos (a excepción de ese soberbio comienzo que abre el disco), “Vidania” vuelve a sonar a La Buena Vida y al mismo tiempo se aleja totalmente de la esencia del grupo. Aunque todo parece lo mismo, hay detrás de esta estructura algo que chirría y que la vuelve monótona, anodina y a veces incluso enlatada, cercana a esa comercialidad que tanto repele a sus fans.

Quizá la solera, o la edad; las ganas de evolucionar frenadas por el miedo al cambio, han hecho de “Vidania” un sonido nuevo asentado en la grandiosidad, rozando similitudes con grupos como Coldplay, los igualmente radiados Keane, o unos ritmos danzarines nuevos a lo Belle & Sebastian de claro manifiesto en “De nuevo en la ciudad”, que no terminan de cuajar.

Sobre el disco, poco más que decir que no se haya dicho ya en críticas de anteriores trabajos: un apoyo musical basado en la utilización de arreglos orquestales para acompañar esas pequeñas historias de la vida cotidiana que todos hemos vivido, y que el grupo ha convertido en su obsesión y fuente de ideas, pero que en esta ocasión tan sólo le funciona en unos cuantos temas.

Un álbum que fácilmente encantará a todos los seguidores de La Buena Vida, por canciones como “Calles y avenidas” o su poco arriesgado single de presentación, “La mitad de nuestras vidas” (apuestas seguras para la lista de clásicos del grupo), pero que pedía mucho más que esos escasos nuevos aires presentes en “Mi aventura espacial”, o los sones americanos de “S.O.S.” y “El fin del mundo” (ambas estropeadas por un atroz estribillo), aunque abran una brecha diferenciadora en el sonido labuenavida.

13 pistas

1 Calles y avenidas
2 Autobuses
3 Ayer te vi
4 Pensando en volver
5 La mitad de nuestras vidas
6 S.O.S
7 De nuevo en la ciudad
8 Mi aventura espacial
9 Honrado ciudadano de occidente
10 Mi año natural
11 Redacción en cadena
12 El fin del mundo

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La Buena Vida



Antes de este artículo: Si quieres oír algún tema de cualquier disco de La buena vida solo tienes que hacer click en el enlace del menú: Discografía de La buena vida, en dónde los nombres de las canciones son enlaces a cada una de ellas (siempre que estuviesen disponibles en la web)

Comenzaremos este artículo sobre uno de los grupos del indie español con un poco de su historia... ( artículo perteneciente a la Fonoteca, escrito por C.F. Esteban):

Poco se sabe de sus primeros pasos. Tan sólo una fecha, 1988, año en que seis amigos de San Sebastián (Irantzu Valencia, Mikel Aguirre, Pedro San Martín, Javier Sánchez, Raúl Sebastián y Borja Sánchez), deciden formar un grupo, influenciados por su pasión por la música de los 60 y los 80. Su nombre: La Buena Vida.

No será hasta 1992 cuando el grupo goce de una presentación “oficial” a partir de la cual poder seguir más de cerca su pista. Nos remontamos así a julio de ese año. Con motivo de la primera fiesta de Siesta, que por aquel entonces también comenzaba su andadura, el sello anda buscando un grupo para completar su cartel. Junto a los confirmados Daily Planet y Moving Pictures, se piensa en Family, quienes por motivos laborales no pudieron acceder. Es así que Ibon Errazkin (parte de Le Mans, formación que por aquellos años se encontraba inmersa en la grabación de su primer disco) remite a la discográfica una maqueta con algunos temas instrumentales, junto a unas cuantas canciones de un grupo que se hacía llamar La Buena Vida. Siesta decide darles una oportunidad. Las canciones, aunque algo imperfectas por la falta de medios, rezuman elegancia y sencillez. Composiciones propias del naciente Sonido Donosti.

Y tras unas cuantas conversaciones telefónicas el cartel de Siesta queda cerrado. La Buena Vida viaja a Madrid.

Siroco. Dos de Julio. Lleno absoluto. El tema que abre su actuación es “Desde el desván”. Tras este, Irantzu presenta al grupo con un sencillo: "Gracias… ¡Hola! somos la Buena vida y venimos de San Sebastián". El concierto continúa con “El mundo es un pañuelo”, “La gran familia”, “Tardes de café”, “Malabares”, y otras cuantas canciones más aún sin título. La Buena Vida consigue hacerse con el protagonismo absoluto de la fiesta. Su éxito es más que patente y el destino de Siesta quedará, desde ese momento y hasta mucho tiempo después, unido al del grupo.

La maqueta comienza a escucharse en los programas radiofónicos de Juan de Pablos, Julio Ruiz y Jorge Albi, mientras que en los estudios De Lucas de San Sebastián se inician los preparativos para el primer EP de La Buena Vida, “La Buena Vida” (Siesta, 1992) con los temas “Hoy es domingo”, “El tren”, “Historia de un verano” y “Mi reloj”. Para la portada se contará con la ayuda de Javier Aramburu, quien en aquellos momentos tan sólo había diseñado los discos de Aventuras de Kirlian y el cartel para un concierto de La Buena Vida en Donosti, diseño que sería más tarde rescatado para ilustrar el segundo disco de Los Planetas.

Noviembre del 92 será el mes de la publicación del EP. Con una edición limitada a poco más de quinientas copias, las cuales tardarían muy poco en agotarse, “La Buena Vida” muestra los efectos de una producción deficiente, sobre todo en lo que a efectos vocales se refiere. A pesar de ello “Mi reloj” es votada la sexta mejor canción de ese año por los lectores de Rock de Lux. La acogida del grupo cada vez es mayor. Así, ese mismo mes La Buena Vida vuelve a Madrid para ofrecer de nuevo un concierto en la sala Siroco. Al igual que ya ocurriera en su presentación, la actuación vuelve a ser un éxito, y no cesan los elogios por parte de un público cada vez más entregado.

El primer larga duración del grupo no se hace esperar demasiado. En agosto del año siguiente, repitiendo en los estudios De Lucas en San Sebastián, La Buena Vida comienza la grabación. Pocos meses después, y sin demasiadas anécdotas para contar, todo está listo para el lanzamiento del disco. Un LP homónimo, "La Buena Vida" (Siesta, 1993), que vería la luz en noviembre del 93 bajo el abrigo, como no podía ser de otra manera, del sello Siesta. El disco contiene trece nuevos temas conocidos ya para los asiduos a sus conciertos. De nuevo la portada corre a cargo de Javier Aramburu. Ibon Errázkin se encargará de algunos de los arreglos (“El señor Sömmer” y “El mundo es un pañuelo”). El presupuesto sigue siendo escaso, pero a pesar de las estrecheces económicas, la evolución musical y personal de los componentes del grupo se imponen en un disco que asentaba esa nueva forma de entender la música, secundada también, por grupos como Family o Le Mans.

Los éxitos y las buenas críticas siguen en aumento. Unos meses después de la salida del disco, La Buena Vida urge a Siesta el lanzamiento de una nueva grabación, "La Buena Vida" (Siesta, 1994), con cuatro temás inéditos. Una vez más en los estudios De Lucas, “Mira a tu alrededor”, “Malabares”, “Velomar” y “La gran familia” dan forma al nuevo EP con el que ponen fin a su étapa más inocente.

Una sesión radiofónica en el programa de Jesús Ordovás, actuaciones en el BAM, colaboraciones internacionales -una versión del “That summer feeling” de Jonathan Richman para el recopilatorio “Can You Talk to the Dude?” (Alienor, 1996) publicado por el sello francés Alienor-. El grupo no cesa de acaparar protagonismo y éxitos. Como colofón la publicación especializada Rock de Lux los escoge como mejor grupo en directo del año.

Su esperadísimo segundo larga duración aparecerá en diciembre del 94, "La Buena Vida" (Siesta, 1994), sin título específico, pero conocido bajo el nombre de "Los Mejores Momentos", primer tema del disco. Siguiendo la misma estela de su anterior trabajo, el disco muestra una mejoría en letras y sonidos. Con un claro corte "clásico", presenta un aroma propio de los 60 en un claro afán de emular a los Beatles. El grupo comenzaba a desprenderse de ese aire naif al que se hacía alusión en todas sus críticas y a incorporar los primeros arreglos de viento y cuerda. La inocencia de sus primeras canciones se ha ido perdiendo en el camino. Además de los cambios internos en el grupo, su segundo disco logrará llegar a un público mucho más amplio que el anterior, sin perder cierto aire indie con el que se identificaba a la formación.

La fiebre por La Buena Vida no cesa. Ese mismo año el grupo vuelve a aparecer en el cartel del BAM, es escogido nuevamente mejor directo del año, y lleva a cabo una serie de actuaciones televisivas, entre ellas en los programas Zona Franca o La Mandrágora. Todo esto les hace consolidarse como uno de los grupos líderes dentro del panorama independiente español.

La siguiente entrega de La Buena Vida será de nuevo en formato EP. “Magnesia” (Siesta, 95), con sus cuatro temas que lo componen, rompía con el pasado y auguraba un gran cambio en la formación. Una mejora abismal en lo musical y en lo compositivo, que aún sin abandonar del todo sus manidos y recurrentes paparapás, van consiguiendo letras que tiene mucho más que decir. Su revisión del tema “En bicicleta” discotequero, maduro y con un toque tecno-pop que ha hecho ver a más de uno una influencia directa de New Order.

La nueva faceta del grupo abre nuevos horizontes. Nueva invitación a los estudios de Radio 3 donde La Buena Vida sorprende con versiones de Chris Montez, Love, Marvin Gaye, y como no, The Beatles, a quienes el grupo rendiría homenaje en “Campos de fresas” con "Here, there and everywhere", en lo que sería la primera colaboración entre el Sargent Pepper's Fan Club de Zaragoza y Grabaciones en el Mar.

Tras la edición del EP, el grupo vuelve a retomar su actividad compositiva. Así, para la primera edición del festival de Benicássim, en 1995, estreno también de la formación en un evento de tales magnitudes, ya se contaba con tres temas nuevos: “Desde hoy en adelante”, “A mitad del camino”, y “Mirando atrás”.

El final del verano trae consigo una serie de cambios que afectaron al ritmo de trabajo. Borja se traslada a Suecia y decide dejar la banda por un tiempo, que a la postre sería definitivo, mientras que Irantzu se marcha a Londres por seis meses. En San Sebastián sólo se encuentran Mikel y Pedro ya que Raúl vivía en Bilbao. Esto hace que el siguiente trabajo se tome su tiempo.

Aún en la distancia el grupo continúa componiendo nuevas canciones hasta tener lo que más tarde sería “Soidemersol” (Siesta, 1997), el disco más importante de La Buena Vida.

La madurez adquirida en el EP anterior hace que el grupo conciba este nuevo trabajo como algo grandioso, proponiendo un disco de arreglos orquestales de dimensiones impensables hasta el momento. Con un concepto claro y definido de lo que deseaban, Siesta comienza a hacer análisis de la situación llegando a la conclusión de que la única forma de lograr tal objetivo requería la presencia de una multinacional. Tras desmanes varios se logra alcanzar un acuerdo con PolyGram (Mercury), quien se ocupará de la distribución.

Una vez conseguido dicho acuerdo se prosigue con la búsqueda de un productor. Se requiere a alguien de conservatorio de prestigio, barajándose nombres tales como Bid, Bertrand Burgalat, Louis Philippe o Luis Lozano. Tras una serie de entrevistas y demás encuentros sin provecho alguno, el grupo decide desarrollar sus propios arreglos, los cuales ya estaban claros y definidos desde hacía tiempo, mostrando en cada una de sus nuevas canciones, no sólo la madurez ya citada y presentada, sino un lirismo inusual y sublime.

Tras largo tiempo en los estudios grabando y regrabando temas, retocando y limando cada acorde, todo parece estar dispuesto para dar la última pincelada a ese sonido que se buscaba. Para ello se decide incorporar piano y orquesta. Para el piano La Buena Vida contaría con Joserra Semperena, por aquel entonces ligado a Duncan Dhu, quien desde ese momento se convertiría en colaborador habitual en las sucesivas entregas de los donostiarras.

Para llevar a cabo la grabación de la sección de cuerda y metal, arreglos que ya habían sido terminados y armonizados en Madrid por Luis Lozano, se decide viajar a Londres. Corre el verano del 96, y Louis Philippe será el encargado del reclutamiento de alrededor de una veintena de músicos de renombre. En el estudio Matriz Maison Rouge, y bajo la batuta de Philippe, todos ellos, junto a La Buena Vida, realizan en dos días las anheladas grabaciones.

Ya en el otoño de ese mismo año, la mezcla final del disco se decide realizar en los estudios Lanave de Madrid. Queda así listo el tercer larga duración del grupo, que sería bautizado con el extraño nombre de “Soidemersol”, nombre del restaurante madrileño que por esos días frecuentaba el grupo.

Con el comienzo del nuevo año llega el momento del lanzamiento del disco, escogiéndose para la presentación en sociedad los temas “Pacífico” y “Desde hoy en adelante”. PolyGram, volcada en el nuevo trabajo de Marta Sánchez, descuida algo a los nuevos miembros, decidiendo no hacer video promocional, para recortar gastos.

Problemas con la multinacional, exhaustivos y agotadores ensayos, y otros cuantos contratiempos (extravío temporal de instrumentos en el aeropuerto y huelga de los músicos contratados) parecen hacer pensar que nada está de su lado. A pesar de ello, se prepara el cuarteto de cuerda y se cuenta con la presencia de Danny Manners como pianista, todo bajo la batuta de Louis Philippe. La recreación del disco en directo no es fácil, en la sala Luz de Gas en Barcelona: éxito absoluto y un público entregado y más que satisfecho.

El repertorio, compuesto principalmente por temas de “Soidemersol” y “Magnesia”, contó además con la por aquel entonces inédita “Dulce y callado", y las versiones"Call me” de Tony Hatch y “Que maravilha” popularizada por Toquinho y Vinicius de Moraes.

De nuevo teloneados por Louis Philippe y Danny Manners, esta vez en la sala de columnas de El Círculo de Bellas Artes de Madrid, La Buena Vida volvía a presentar disco repitiendo para ello la misma fórmula que en la ciudad condal. Tras tres canciones, una bajada de tensión de Irantzu hace presagiar lo peor. Afortunadamente todo quedó en un susto, y el concierto prosiguió sin que nadie se percatara de ello. El grupo iba por buen camino y además las actuaciones lo confirmaban; si bien la de Madrid no deslumbró tanto, sí que convenció a público y crítica.

La relación con la multinacional se va enfriando. Mientras, La Buena Vida poco a poco se va convirtiendo en un grupo de culto, en el que, de manera natural, tanto las letras como las melodías van experimentando una evolución que les lleva a dejar de lado esa sencillez e inexperiencia, para presentarse más complejos y expertos.

Con una cada vez más apretada, agenda, -actuación en el Festival de los Pirineos, grabación de una versión de Fórmula V, composición de un tema inspirado en “La Noche del Cazador" (1955) de Charles Laughton- para el Festival de San Sebastián, La Buena Vida comienza pensar en su siguiente trabajo.

En Febrero del 99 se realiza la grabación de su cuarto disco, “Panorama” (Siesta, 1999),en los estudios De Lucas, Odds Norte y Katarain. Tras la publicación del disco, en abril de ese mismo año, y con motivo de la gira de presentación, se incorpora definitivamente José Luis Lanzagorta a los teclados, escogiéndose “Tormenta en la mañana de la vida” como single, tema que más tarde sería seleccionado como una de las mejores canciones nacionales del año por Rock de Lux. El éxito conseguido en todas las actuaciones programadas a lo largo y ancho del país no hacen más que confirmar la situación de privilegio de La Buena Vida dentro del panorama independiente nacional e incluso internacional (reedición extendida del disco bautizada como “Gran Panorama” en Corea).

La Buena Vida edita en el siguiente año, un nuevo EP, “Eureka” (Siesta 2000), una recopilación de proyectos alternativos a la discografia con homenajes, tributos y otros proyectos de carácter independiente grabados entre “Soidemersol” (Siesta, 1997) y “Panorama” (Siesta, 1999), junto a una canción inédita.

Su siguiente entrega llegaría en el 2001 con “Hallelujah!” (Siesta, 2001) grabado, mezclado y masterizado a caballo entre San Sebastián, Madrid y Praga. Once nuevos temas que continúan con lo ya establecido, susurros de voz y arreglos orquestales, para los que contaron con una colaboración de lujo: toda una orquesta sinfónica de Praga, y de nuevo la participación de Jose Ramón Semperena. El disco nacería una tarde de verano, la del 14 de julio del 2000, cuando el grupo, en una terraza encima del local de ensayo se reune para decidir lo que prepara lo que a la postre sería su quinto. Para la presentación del disco el crítico musical Rafael Cervera escribiría un conocido texto en el cual se deshacía en elogios hacia la banda (facilmente encontrable en cualquiera de las otras páginas que hablen sobre La Buena Vida).

La gira se desarrolla con llenos históricos para la banda, que en estado de gracia, obtiene el primer premio en el Festival de Cortos y Vídeo de Mallorca por su vídeo promocional del “Qué nos va a pasar”.

En Mayo del 2002 La Buena Vida edita el EP “Harmónica” (Siesta, 2002) cuya presentación se llevaría a cabo en el Festival Primavera Sound de Barcelona y supondría el último trabajo del grupo con el sello que les vio nacer.

Ya bajo el abrigo de Sinnamon y coincidiendo con el décimo aniversario de su primer trabajo, la banda lanza el single “Los Planetas” (Sinnamon, 2003), adelanto de lo que sería su sexto larga duración, "Álbum" (Sinnamon, 2003). Para dicho tema el grupo contaría con la voz de Jota de Los Planetas, situándose en el número uno en ventas, haciendo de este trabajo el más exitoso desde su formación. Con una de sus portadas más destacadas (y no por la belleza de la misma), el nuevo disco volvía a traer un poco más de lo mismo, pero intentando dejar cada vez más de lado esos famosos arreglos que tanto bien han procurado a La Buena Vida, centrándose más en los textos. El grupo continúa su evolución pero sin sorpresas, dejándo entrever sus gustos e influencias con guiños conscientes, como arreglos a lo Tim Buckley o Van Morrison en “Deja las tiendas desiertas”) o el Nueva York de Television y Strokes en “Hh, mm, ss”.

Con más de diez años de carrera a sus espaldas y una situación más que asentada dentro del panorama musical español, la banda lanza en 2006 su séptimo trabajo de estudio, bajo el afrutado y energético nombe de “Vidania” (Sinnamon, 2006). Continuando con lo cotidiano y las emociones de entresemana el grupo nos propone trece nuevos cortes inundados de cuerdas y viento que regresan a la esencia de La Buena Vida pero sin llegar por completo a ello.

Ese mismo año, su primer sello, Siesta, lanzará "Sencillos" (Siesta, 2006), una caja de cinco CD que recopila la trayectoria del grupo a través de sus singles, EP, rarezas o tributos y otras curiosidades de la formación, grabadas durante su fértil relación con la discográfica (1992- 2003).

El 16 de febrero de 2009 y tras tan larga y productiva andadura conjunta, Irantzu Valencia, vocalista y, en cierta manera, cara visible de la banda, abandona la formación. El comunicado llega de manos de la nueva discográfica de La Buena Vida, El Volcán, y en él tan solo se confirma un rumor que parecía ya estar haciéndose notar en los sectores más próximos al indie español, y en el que no se explica causa alguna de tal decisión. El comunicado también anuncia la publicación de una nueva entrega de la banda, grabada ya sin Iranzu, “Viaje por Países Pequeños” (El Volcán, 2009), un EP de tres canciones que veía la luz el 17 de marzo. Compuesta para el homenaje por el décimo aniversario de la muerte de uno de los nombres más singulares del panorama musical, además de la versión del tema de Poch el trabajo incluye dos canciones más, "Año bisiesto" y "Hoy puede ser el día", en las que Mikel asume por completo la parte vocal. El comunicado termina con un tercer anuncio, un nuevo larga duración que tenía previsto ver la luz a finales del mes de abril y del que pasado el verano sigue sin haber noticias.